Lesiones deportivas frecuentes en los corredores populares

La práctica del running lleva asociadas una serie de molestias físicas que debemos saber identificar para tratar de prevenirlas, aunque la mejor recomendación consiste en ponerse rápidamente en las manos de un profesional para conocer su alcance y el tratamiento a seguir.    

Hace unos meses, la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología dio un toque de atención a todos los amantes del deporte, al confirmar que las lesiones deportivas, hoy por hoy, son más frecuentes en deportistas aficionados que en atletas profesionales. La causa no es otra que el gran incremento de las personas que se ‘enganchan’ a la práctica deportiva.

Este dato, el ‘boom’ del deporte popular, lo corrobora la ‘Encuesta de hábitos deportivos en España’, llevada a cabo por el Centro Superior de Deporte (CSD) y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la cual establece que practicar un deporte está en auge en nuestro país. Unos 16 millones de personas en España, con edades comprendidas entre 15 y 75 años, son asiduos al ejercicio físico, y se entrenan en alguna disciplina deportiva concreta.

Sencillez, gasto económico reducido y flexibilidad horaria son los argumentos de peso que explican por qué el running suma más adeptos cada día. Sin embargo, independientemente del nivel y perfil del corredor, desde los deportistas más novatos hasta los más experimentados, nadie queda libre de sufrir algún tipo de lesión cuando se entrena o compite en carreras populares. El gran impacto y la enorme presión que ejerce el running sobre nuestro organismo hace que la recomendación inicial no sea otra que la de saber escuchar al cuerpo para prevenir la aparición de las temidas lesiones.

Una lesión en el momento menos oportuno puede echar por tierra todo nuestro plan de entrenamiento, y por ende, la consecución de los objetivos marcados en la temporada. En el mejor de los casos, un esguince de tobillo por ejemplo, nos obligará a parar unos días, pero también puede darse el caso de que necesitemos más tiempo de recuperación, y podemos estar varios meses en el dique seco, incluso, si no se procede con el tratamiento correcto, la lesión puede llegar a convertirse en un problema crónico. Es por ello que identificar los dolores será nuestra voz de alarma para saber cuándo debemos bajar la intensidad y el ritmo de los entrenamientos.

Periostitis tibial
También denominada como estrés tibial, el dolor aparece en las espinillas, o más bien la zona interior de la tibia, y éste se hace más intenso al empezar a correr, y va remitiendo a medida que la zona afectada entra en calor. El impacto del running sobre las piernas del corredor es su desencadenante principal, aunque también influyen otros factores como una mala postura y técnica de carrera, ya que cualquier desequilibrio hace que se incremente la presión en zonas concretas del cuerpo.

El remedio más recurrente vuelve a ser la compra de unas zapatillas de running ajustadas a las características de cada corredor. Tampoco hay que destacar el uso de plantillas, las cuales nos pueden ayudar a minimizar el impacto.

Cuando aparezca la periostitis tibial será necesario interrumpir la rutina de salir a correr durante unos días, aunque esto no significa tener que guardar reposo absoluto. En función de la intensidad del dolor se puede optar por practicar natación o ciclismo.

Pierna en posición elevada, aplicación de hielo y ejecución de estiramientos del tren inferior son algunos de los consejos que nos permitirán aliviar el dolor. Sin embargo, la mejor recomendación es ponerse en las manos de un médico profesional o especialista que lleve a cabo el pertinente diagnóstico.

Lesiones deportivas frecuentes en los corredores popularesRodilla del corredor
Esta lesión suele estar localizada bien en el centro de la misma rodilla, o bien en la cara externa. El dolor puede extenderse hacia la espinilla, o también hacia la zona del muslo. El sobreesfuerzo, rodilla desalineada, muslos rígidos e incluso pies planos pueden ser los motivos que nos lleven a sufrir en carnes propias ésta molesta lesión.

Requiere tratamiento específico para atajar el problema de raíz. El descanso y potenciar las zonas de los gemelos, isquiotibiales, cuádriceps y glúteos contribuyen a minimizar las molestias. También resulta imprescindible invertir en unas zapatillas de running acordes con nuestro perfil y necesidades personales.

Nada más acabar la sesión de entrenamiento, la aplicación de hielo sirve para reducir la inflamación. También se puede recurrir a la toma de algún antiinflamatorio.

Fascitis plantar
Esta lesión viene originada por una inflamación de la fascia plantar en la zona próxima al talón. La mala elección de las zapatillas para correr es lo que da lugar a la aparición de las fascitis plantar.

Lo más indicado para disminuir el dolor consiste en estirar correctamente tanto la pierna como el pie. Una pelota de tienes es un buen recurso para darse un masaje en el tendón, girando el pie encima de la bola. Además es necesario estirar la planta del pie: alzando los dedos hacia la espinilla, manteniendo postura medio minuto, relajando y volviendo a repetir acción varias veces.

Lesiones deportivas frecuentes en los corredores populares

Tendinitis en el tendón de Aquiles
Sabrás que el tendón de Aquiles es el más largo y grueso de nuestro cuerpo, dado que es la zona que soporta la mayor presión en cada zancada que damos. Además, este tendón tiene la misión de unir los músculos de los gemelos con el talón.

Sus causas están relacionadas con una mala elección del material, con un esfuerzo excesivo, una técnica de carrera incorrecta o los que los músculos estén demasiado rígidos. Es una de esas lesiones que más pánico dan, ya que ésta puede aparecer cuando menos se la espera, de un día para otro, y nos puede dejar sin ejercitarnos durante varios meses.

Como método preventivo es aconsejable realizar entrenamientos regulares y mantenerse en el peso ideal con la finalidad de añadir más carga de presión al talón. Y como en otro tipo de lesiones, el hielo y la pierna en alto permitirán calmar el dolor. Si éste no desaparece en dos o tres días, la visita al médico es más que obligada.

Esguince de tobillo
Una de las lesiones más frecuentes tanto en deportistas como en ciudadanos de a pie, y que suele producirse por un simple tirón o torcedura. En el caso particular de los corredores populares, el entrenamiento por superficies irregulares o resbaladizas aumenta el riesgo de padecer un esguince.

Los síntomas del esguince de tobillo son muy claros: dolor repentino, rápido hinchazón y llamativo cardenal en la piel. En función de la intensidad del dolor, es posible que dicho esguince se agrave con algún ligamento o tendón dañado. Llegado el caso, no quedará más remedio que reposo absoluto, pie en alto, hielo y vendaje del tobillo.

No existe una fórmula mágica para prevenir el esguince, simplemente debemos adquirir el hábito de calentar antes de iniciar el entrenamiento para la musculatura de nuestro cuerpo esté mejor preparada para la exigencia física.

El listado de estas lesiones es sólo una muestra de las que más se ven en corredores populares. Todos los métodos preventivos expuestos sirven para aplacar el dolor, pero no son válidos para curarlas. En caso de que las molestias físicas no desaparezcan en un corto plazo de tiempo, la recomendación es acudir cuánto antes a la consulta de un médico deportivo. Éste nos proporcionará el alcance de la lesión, su diagnóstico y el tratamiento a seguir para recuperarse lo antes posible.

Lesiones deportivas frecuentes en los corredores populares